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Mi Testimonio

   
   
   
   
   

1°. De 1948 a 1985

Nací el 17/11/1948 en el seno de una familia eminentemente católica, en la localidad de Benaguasil, en la Comarca del Camp de Turia de Valencia España.
Como tal, fui monaguillo desde bien pequeño y encargado entre otras cosas de hacer vibrar las campanas en el llamado a la misa o a los eventos de la iglesia.
Como católico, tuve una niñez y posteriormente juventud como cualquier otro joven de mi época.
Las cosas del mundo eran mi atracción, lo mismo que comidas que luego supe que eran inmundas.
Desde bien pequeño, siempre tuve una gran afición al fútbol, llegando a ser considerado como un joven jugador que promete. Pero, a los 17 años, esa vida dedicada al fútbol hasta entonces, quedó totalmente en el olvido, al enterarme de que el club al que pertenecía, despreció una oferta de un equipo profesional por mis servicios.
Al enterarme de esto, enojado, como consecuencias de mi mal carácter, abandoné la práctica del mismo en forma radical.

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2°. Marzo 1985

Tenía 36 años de edad y por estas fechas, mi vida se hallaba vacía y sin esperanzas de nada.
Llevaba casi 3 años, meditando profundamente en lo que había hecho en esos tres últimos años.
Mi vida no tenía sentido. Estaba dividido.
Tenía 2 pensamientos y ninguno de ellos era lo suficientemente fuerte como para decantarme en un bando o en otro.
Aparentemente solo, aunque vivía acompañado, sin rumbo fijo en mi vida, deambulaba de un día al otro, sin esperanza de hallar algo mejor.
Retornar a lo que había abandonado, no era posible, por muchos factores.
Despedía un día y venía el siguiente, así, durante un cierto tiempo en el que, no hallaba un futuro a pesar de mi juventud y con 2 pequeños negocios en los que podía mantenerme.
Como buen valenciano, participaba en esas fechas acudiendo para presenciar las “mascletás”, sentir el suelo como tiembla bajo tus pies, el olor a pólvora, ese aroma que solo el buen valenciano puede sentir y saber lo que se siente en esos momentos.

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3°. Hoy ve… julio 1985

Desde mi llegada a la isla de Puerto Rico a mediados de marzo del 85, los primeros tres meses de mi estadía en aquella hermosa isla y que llevo en lo más profundo de mi corazón, fue como un mundano cualquiera.
Tan pronto llegué, pude encontrar un trabajo y en apenas un poco de tiempo, me independicé y comencé a tener mi propio negocio.
Como hobby me gustaba visitar el Viejo San Juan y de noche de vez en cuando sus casinos y lugares de fiesta. Era un lugar digno de ver, al menos en aquellos años.
En ese corto tiempo de 3 meses, me habían invitado a acudir a la Iglesia Adventista del Séptimo Día de la localidad de Cataño, donde residía y acudí en algunas ocasiones, pero, no entendía como pudiera haber una iglesia sin imágenes ni curas. Y ante ello, dejé de asistir a pesar de que las invitaciones seguían llegando por parte de la familia en la que estaba conviviendo.
Era finales de junio del año 85 cuando me dicen: la semana que viene empieza en la iglesia unas conferencias de profecía relacionadas con Daniel y Apocalipsis. ¿quieres venir con nosotros? Mi respuesta fue: NO. Yo os llevo en el auto y os dejo y luego os recojo, pero no voy a entrar. Y así fue.

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4°. 27 de julio 1985

Recuerdo como si estuviera viendo una cinta cinematográfica de mi vida de aquellos tiempos, que acudí a todas las actividades que hacía la iglesia. No me perdía ni una. Y ante el asombro del pastor, un día le dije: Quiero ser bautizado.
Recuerdo que me dijo: Hermano, recién ud está entre nosotros. No ha recibido ni siquiera estudios bíblicos. Si quiere comenzamos a estudiar y luego decidimos. Le dije: Pregunte pastor, pregunte. Y se sorprendió de mis respuestas y fue aceptada mi propuesta para ser miembro oficial de iglesia a través del bautismo que tuvo lugar el 27/7/85 junto con un grupito de personas que ya habían sido preparadas para el mismo.
En apenas 20 días, mi vida cambió totalmente, por la gracia de nuestro Padre celestial y porque no fui rebelde a su llamado. Entré, oí, entendí, acepté y fui bautizado.
Seguía con el mismo interés, leyendo y leyendo la Escritura, llegando a Apocalipsis y vuelta a empezar por Génesis y acudiendo a todas las actividades de la iglesia, comiendo comida espiritual que fortalecía y aumentaba mi conocimiento espiritual.

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5°. Desfraternizado Marzo 1997

A finales de 1988, del mismo modo que Elohim me llevó de Valencia a Puerto Rico me trajo de vuelta al mismo lugar de donde me sacó en el 85 conforme a su voluntad.
Siempre desde el momento en que bajé a las aguas del bautismo, fui un miembro activo y conforme iba conociendo la verdad, la transmitía cuando se me daba la oportunidad de poderla presentar en las horas de culto.
Conforme iba avanzando en el estudio de la Escritura, comencé a darme cuenta de algunos errores o de algunas verdades que no se enseñaban y como un humilde atalaya, comencé a compartir las mismas y al mismo tiempo protestando si esa es la palabra correcta cuando las cosas se hacían mal.
Y el cerco se iba estrechando. No decían nada, pero todo era diferente. La indiferencia era evidente pero había que seguir adelante.
En el verano de 1996 me invitaron a predicar a la ciudad de Tarrassa (Barcelona) y por la tarde, me invitaron para ir a la ciudad de Badalona donde había una actividad y hacia allí fuimos.
Me presentaron a un hno y me habló de 1888 y no tenía ni idea y acepté que me mandara alguna información al respecto y cuando lo recibí, leí y entendí el mensaje que comenzó a cambiar el destino de mi vida.

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6°. Argentina

Hacía poco tiempo, finales del 2002, que, sintiendo el llamado a dedicarme tiempo completo para la difusión de las buenas nuevas del plan de la salvación, había dejado mi “modus vivendi” de España, mi pequeña editorial, que, sin poderla vender ni recuperar nada de lo que tenía, lo dejé para depender de las manos de quien me había dicho: “yo te sostendré”. Confía en mí.
Y a pesar de que esa promesa rondaba por más de un año, finalmente, él lo hizo a su manera y perdiendo todo lo que tenía, acepté el llamado y por fe, aprendí a depender de él para mi mantenimiento terrenal.
Apenas estaba tomando gusto al dedicarme tiempo completo a la obra, recuerdo que atendía por el cambio de horario, personas/hermanos que de estas latitudes me pedían estudios y querían conversar conmigo por temas relacionados con lo que estaba enseñando.

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7°. Agradecimiento

¿Cómo no ser agradecido con quien sin merecerlo, me ha cuidado desde que decidí dejarlo todo para dedicarme a su obra?
¿Cómo no ser agradecido a quién, me ha dado la responsabilidad de ser un emisario suyo a pesar de mis debilidades e imperfecciones?
¿Cómo no ser agradecido, cómo no recordar estos eventos y tantos más, a quien me sacó de las garras del enemigo para hacerme su hijo?
¿Cómo no ser agradecido a quien dio su vida por mí en el madero, sin yo merecerlo?
Padre celestial, gracias, porque en tu infinita misericordia, primero me llevaste a Puerto Rico para que allí comenzara a conocerte a través de tu Palabra.
Gracias por haberme dado el privilegio de sacarme del mundo que tanto amaba.
Gracias por haber hecho de este hijo del trueno, un hijo tuyo.

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8°. Despreciando al mensajero

Humildemente como laico, puedo considerarme como pionero en este país de muchas cosas. Porque los que hoy se consideran líderes laicos, hace 20 años estaban todavía saliendo del cascarón de la iglesia.
Y fruto de todo ello, es la obra que nuestro Padre celestial me permitió desarrollar en estos años en que, por su bondad me permite seguir con salud y vida en este país que él me trajo.
Durante este tiempo he visto su mano sobre mi vida y el enemigo furioso al ver como aquellos que tenían que haberme apoyado, porque es el mensaje que se debe dar, fueron los primeros en convertirse en mis enemigos.
El enemigo sabe que, contra el mensaje no puede hacer nada porque “escrito está”, pero, con su astucia, lleva casi 6.000 años de engaño, sabe, que, despreciando al mensajero, la gente no escucharé el mensaje y eso es lo que sigue haciendo.
Despreciado por los fariseos modernos, desde el mismo momento que pisé suelo argentino, llámense pastores asalariados; echado de algunas iglesias por no ser grata mi presencia; amenazado de llevarme a la cárcel cuando la justicia lo permita, así le dijo el pastor de esta ciudad en el año 2008 a un hermano que venía a estudiar con nosotros, y levantando calumnias por doquier en tal de despreciar mi nombre.

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